sábado, 10 de marzo de 2012

EL ORIGEN DE LAS CIUDADES.


Los orígenes de la ciudad

Una de las preocupaciones de las Ciencias Sociales consiste en entender el origen de las ciudades, como un proceso histórico muy complejo.  Anteriormente, una de las maneras de resolverlo era identificando los primeros motores; es decir, aquellos procesos causales que dieron paso a la formación del espacio urbano.  Hoy nos tenemos que conformar con pensar que existe una lista de procesos claves que se retroalimentan, para proveer las condiciones para que aparezca sobre la faz de la tierra la conjunción más compleja de procesos sociales que toma la forma de un espacio construido como la ciudad. En esta introducción a los orígenes, nos guiamos por unas preguntas  esenciales.  

¿Porqué surgen las ciudades?
Es dificil saberlo, pero los estudiosos en el campo de la Historia y la Arqueología concuerdan en que el nacimiento de las ciudades está asociado a una compleja red de procesos sociales, económicos y culturales que se retroalimentan, para formar asentamientos poblacionales de alta concentración poblacional, alta densidad de viviendas y estructuras, desarrollo de edificios en torno a un núcleo, gran tamaño, y arquitectura monumental (templos, tumbas, palacios, plazas).  

La ciudad tiene una población, que aunque de origen étnico diverso, tienen un sentido de pertenencia (son, ciudadanos).  En términos políticos y administrativos, la ciudad se rige por las leyes, decretos y visiones de unas clases que ostentan el poder, y que en los orígenes emanaba de un mandato divino.  

¿Dónde surgen las primeras ciudades?
Las ciudades surgen en el Medio Oriente, en toda una región conocida como el Creciente Fértil. Esta era una región muy rica en plantas silvestres de frutos altos en proteinas, de ríos caudalosos, y áreas con una gran biomasa animal.  Al pie de los montes Zagros, de los Tauros, en Anatolia (Turquía), en lo que hoy es Irán e Irac, en lo que se conoció como Mesopotamia, en todos estos lugares se dieron los primeros experimentos urbanos.  Es decir, de comunidades (muchas de ellas con cercas o palizadas, o pequeños muros bordeándolas) agrícolas y pastoriles que fueron creciendo, a medida que fueron capaces de sostener a poblaciones más numerosas.  



¿Qué había antes de la ciudad?
Comunidades pequeñas dedicadas a la siguientes actvidades:
recolección de alimentos: nueces, legumbres, frutas, y granos silvestres de plantas gramíneas como el trigo, el centeno, la cebada, entre otros.
Cacería de animales (cabras, ovejas, cerdos, y reses salvajes).
Pesca en los ríos.

La extraordinaria abundancia de estos alimentos hizo posible el desarrollo de pequeñas comunidades semi-sedentarias y sedentarias dedicadas a esa actividad, la cual una vez fue dominada dio paso al desarrollo de la agricultura.

¿Qué evento significativo permitió que se dieran los primeros pasos hacia la formación de las ciudades?
Hay muchas teorías sobre este particular, pero la comunidad científica todavía se aferra a lo que el arqueólogo Gordon Childe llamó “La Revolución del Neolítico” (o la nueva edad de piedra). Childe usó este término para describir lo que se conoce como La Revolución Agrícola. (Entre el 10,000 y 12,000 AC).  

Al terminarse lo que los prehistoriadores llaman el Paleolítico (la antigua edad de piedra), muchas de esas comunidades fueron descubriendo y aprendiendo la domesticación de plantas y animales: en vez de recolectar los frutos, seleccionaban las semillas, las sembraban y cosechaban sus frutos, y en vez de cazar animales, los capturaban, los domesticaban (seleccionando los más dóciles), reteniéndolos, pastoreándolos y alimentándolos. Usaban y consumían sus productos: carne, estiércol (como combustible), leche, cueros y lana.  Luego los usaron como animales de tiro, para la labranza y demás actividades agrícolas, así como para la transportación.  

La revolución del neolítico trajo consigo una serie de innovaciones tecnológicas que todavía impactan nuestra vida cotidiana: el uso de ciertos animales domésticos en nuestra dieta (cabras, ovejas y ganado vacuno (la domesticación del Bos primigenius en Bos domésticus), el pan (producto de un proceso complejo de preparación de masa, uso de levadura, y hornear), la cerveza (o sea, las cosas fundamentales de la vida, si es que vemos a esta bebida como un jugo de cereales fermentado), la cerámica, el uso de metales y los silos (lugares para almacenar los granos), la azada, el arado, la rueda, el uso de la irrigación para manejar los abastos de agua e irrigar los campos de cultivo, entre otros.  

¿Cuáles fueron los primeros experimentos en vida urbana?
Por toda la región del Oriente Medio hay ejemplos arqueológicos de las primeras aldeas agrícolas que fueron los prototipos de lo que serían las primeras ciudades.

En el Creciente Fértil aparecen durante ese mismo período aldeas agrícolas permanentes, con un trazado de forma rectangular, casas construidas todas de manera uniforme, y patios amurallados.  Los sitios arqueológicos de Tell es Sawan, Umm Dabaghiyah, Yarim Tepe y Ali Kosh son ejemplos de ello.  


¿Cuáles son los pre-requisitos de la ciudad?
Para que observemos en el tiempo la formación de una ciudad, tenemos que detectar toda una series de factores y procesos. A continuación presento una lista de esos “pre-requisitos” que deben de aplicar a la mayoría de las primeras ciudades en la historia de la humanidad:

Crecimiento poblacional.
Aumento de la producción agrícola para sostener a esa población.
Aparición de unas clases dominantes que controlan el aparato político.
La burocracia (cadena de mando que opera de manera racional los sistemas).
Pago de tributos (en trabajo o especie) a las clases dominantes.
Especialistas en religión, política, agricultura, artesanías y otras actividades, que vivían en la ciudad.
Desarrollo de la escritura, y las ciencias como la matemática (sistemas de numeración y contaduría) y la astronomía para los censos de producción, la construcción de edificios, y calendarizar las actividades agrícolas.
El trabajo forzado por medio de la esclavitud o los tributos.
La producción de excedentes; es decir, la capacidad de producir mucho más de lo necesario para la subsistencia de los individuos.
Los militares para proteger a las clases dominantes y asegurar el pago de tributos.
Comercio a distancia con otras ciudades y asentamientos.
El Estado: el poder político centralizado en la manos de unas clases dirigentes.


¿Cuáles son los signos arquitectónicos de las primeras ciudades?
La arquitectura edilicia (pública) monumental: templos, piramides, tumbas, plazas, centros ceremoniales, mercados.
En Mesopotamia, la muralla bordeando la ciudad.
La planificación en el trazado urbano.
La separación de áreas de vivienda, de trabajo, de adoración religiosa y de funciones políticas.

¿Cómo eran esas primeras ciudades?
La ciudad de Uruk, también en Sumeria, era ya en el año 3,200 AC un importante centro urbano. Para muchos estudiosos, fue la primera ciudad en la humanidad.  

Su crecimiento urbano fue el producto de la conurbación de dos asentamientos que se fusionaron para crear la ciudad. En el año 2,800 AC Uruk era una “megaciudad” de la antiguedad, cubriendo un área de 550 acres (o aproximadamente 500 cuerdas) y unos 50,000 habitantes. Sus características más importantes lo eran las murallas y los zigurats (templos y centros de adoración montados sobre plataformas o torres altas).  Originalmente el poder político estuvo en manos de los sacerdotes o especialistas religiosos.
Otra de las primeras ciudades lo fue Ur (posiblemente heredamos de los sumerios el fonema “ur” para designar lo que tiene que ver con la ciudad), que en la Biblia aparece como Ur de los caldeos.
Localizada en el “tell” (quiere decir montículo) al Muqayyar, entre Bagdag y el Eufrates, en Irac, es una de las primeras ciudades en la historia de la humanidad. Los primeros asentamientos se fundaron en el año 4,000 AC (la cultura ubaid) y para el año 3,000 AC ya era una próspera ciudad-estado de Sumeria.  Fue regida por varias dinastías reales que construyeron gigantescos zigurats y templos, como el que vemos a continuación.

1 comentario:

  1. Origen de las Ciudades

    Las ciudades del mundo antiguo respondían a una concepción simbólica del espacio.
    En la antigüedad: “ciudades-estado”, regidas por valores de tipo religioso y militar, donde se aprecia un orden arquitectónico geométrico y una diferenciación por barrios.
    En estas ciudades destacaban los grandes templos y palacios orientados hacia la salida del sol.
    Las ciudades son pequeñas y amuralladas, tenían un trazado irregular el cual se fue haciendo reticular con el pasar del tiempo, se construían alrededor del templo, las casas tenían un patio y alrededor de éste se localizaban las habitaciones, eran casas muy cerradas debido al clima y a la defensa.
    La ciudad medieval es una ciudad amurallada que aparece como lugar cerrado dentro del paisaje agrícola y forestal, sirviendo de fortaleza defensiva y refugio de sus habitantes y campesinos del entorno, a la vez que constituye el mercado del área de influencia.
    El urbanismo contemporáneo por parte del Reino Unido fueron las ideas de Raymond Unwin sobre planificación periférica de las ciudades, que intentan armonizar residencia unifamiliar y paisaje en un conjunto orgánico y naturalista. También es significativa la aportación de Patrick Geddes, que traslada al campo del urbanismo las teorías del evolucionismo biológico. Geddes entiende la ciudad como un organismo en crecimiento permanente. Para este autor la ciudad tiene una “naturaleza”, un “alma de la ciudad” al estilo de los naturalistas.
    En la actualidad, el término hace referencia a aglomeraciones humanas que realizan actividades distintas de las agrarias. Aquí, la distinción entre ciudad y campo, de amplia tradición en el pensamiento urbanístico, se establece en función del tipo de actividades. Por un lado están las actividades relacionadas directamente con la agricultura que se desarrolla en los núcleos rurales y, por otro, las actividades distintas de las agrarias (industria, servicios, etc.) que tienen lugar en los núcleos urbanos donde las relaciones humanas son más refinadas y complejas, y el aparato administrativo del Estado está más cerca del ciudadano.

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